La compañía bellvillense está a punto de cumplir 85 años de vida, con etapas que están marcadas por el desarrollo de productos originales y novedosos. Hoy su core se centra en cabezales maiceros -con los que se destacan a nivel global-, rotoenfardadoras y mixers, logrando una diversificación que la destaca en el mercado. Esa cualidad le permitió -el último año- un alza del 80% en cantidad de horas trabajadas y un gran salto en su facturación. Su presidente, Nelson Lambertini, dice que todo lo vivido hasta hoy sirve de experiencia para pensar “la Mainero de los 100 años”.
Nuestro concepto es abastecer a los distintos sectores del agro: agricultura, ganadería y lechería con más de una treintena de productos en nuestro portafolio que nos permiten diversificar nuestra oferta; siempre pensando en la innovación y la tecnología como procesos que son transversales a la compañía. Si me preguntás en qué está hoy la compañía te diría que estamos empezando a pensar y armar la Mainero de los 100 años”.
Así comienza la charla con el titular de la empresa con sede en la ciudad de Bell Ville, ubicada a unos 200 kilómetros de Córdoba Capital, ciudad donde viven unas 40.000 personas.
La empresa tiene actualmente una capacidad instalada para hacer 2.500 máquinas al año y hoy más del 80% de sus principales líneas de productos se concentran en cabezales para las cosechadoras de maíz y girasol, rotoenfardadoras y la línea de mixers.
“Es una empresa que hoy está fabricando todo el año gracias a esa diversificación”, remarca quien también está encargado de la línea comercial.
En estos tres rubros la cordobesa es protagonista en el mercado vernáculo. “Siempre estuvimos rondando el 40% y el 50% del market share nacional en estos tres productos”, afirma.
El joven directivo explica que si bien la empresa nació con una impronta de desarrollos propios, hoy el mercado hace que esa característica sea el diferencial y que incluso la innovación trasciende lo meramente industrial. “El perfil del cliente cambió, está muchísimo más informado y las ventas actualmente son muy técnicas, donde lo innovador y tecnológico pesa mucho. Desde la investigación y el desarrollo hay que saber llegar a ese cliente y estamos todos los años presentando productos nuevos o actualizaciones de los vigentes”, acota.
En ese contexto recuerda que el slogan de la firma -“La re-evolución simple”- se centra en la intención de “subirse a la evolución, y hacerla revolucionaria desde la simpleza; logrando que desde lo simple sea diferenciador, que mejore la productividad”, comenta.
Un año a puro crecimiento
“Hoy estamos muy bien y las expectativas son muy buenas. A junio de este año cerramos un 60% más que el año anterior y las expectativas para el año que está transcurriendo (en Mainero el año fiscal se mide de junio a junio) es crecer hasta el 40%. En horas trabajadas la suba fue del 80% en la temporada 2016/17”, destaca.
Con estos datos es probable que este año que está transcurriendo replique el mejor de los últimos 10 años y completaría la recuperación definitiva. En términos de facturación, superará tranquilamente los $ 800 millones anuales.
“Cuando al productor agropecuario le sacás la pata de encima y le das reglas claras para moverse, el productor invierte. Y eso le trae un beneficio económico importante para las localidades donde hay industrias como las nuestras”, redondea.
El producto que le “roba” mercado a las bigs
En cuanto a las exportaciones, indica que se han recuperado mercados externos que se habían perdido y se está ante una posibilidad “muy importante” de mejorar las ventas fronteras afuera. El bloque EEUU y Canadá es el principal en términos de impacto en la facturación. Se exporta también a Bulgaria, Australia, Sudáfrica y varios países de Latam.
Hoy la facturación por exportaciones representa el 15% del total.
El producto que tracciona las exportaciones es el cabezal MDD-100 (ver nota con Marcos Formica, gerente de I+D+i). “Pensar que podemos exportar un cabezal para cosechar maíz al país que es principal productor de ese cultivo en el mundo, donde están las principales compañías del mundo, y que lo pudimos hacer porque tenemos un producto innovador son logros muy relevantes para una empresa del interior del interior”, contextualiza.
Hoy ya hay 100 equipos (NdR: cada uno puede costar unos US$ 120.000) y en el próximo año y medio se prevé duplicar esa cantidad.
Un dato que vale la pena destacar es que el MDD-100 tiene patente otorgada en Argentina, en EE.UU. y Brasil , cubriendo casi el 70% de la producción de maíz del mundo. Hoy la firma tiene dos litigios por presunto hurto de propiedad intelectual.
Lo que viene: expansión y posibles alianzas
“Estamos analizando distintos tipos de alternativa para exportaciones e importaciones de productos y tecnologías. Puede incluir alianzas pero todo está aún en materia de análisis y hay cláusulas de confidencialidad”, dice el nieto de uno de los socios fundadores de la empresa.
Explica que la situación actual hace que el proceso de toma de decisiones sea inminente pero que no se dará sin las previsiones correspondientes. “Volvimos a carretear y estamos de vuelta en el mundo y la apertura obliga a ser más innovadores y subirse a las tendencias tecnológicas, pero vamos paso a paso”, explica.
Obviamente, la situación macroeconómica es la que marca el ritmo. “Sin dudas que lo que estamos necesitando es poder planificar, controlando la inflación para tener un tipo de cambio competitivo”, opina.
¿Hay evidencia que la inflación baje y que las políticas del sector sean a largo plazo?, le pregunto al final de la nota.
“Tengo la esperanza y creo que vamos en ese camino y es utópico pensar que será de un día para otro. Creo que la tendencia va en ese sentido.
Nuestras industrias crecerán si el sector agropecuario sigue siendo competitivo lo que demandará de nosotros mucha más oferta de tecnología de avanzada. Deberemos seguir innovando y en eso somos especialistas”, finaliza.
Gerente de I+D
Directora de RRII / Marketing
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