“La recuperación fuerte vino de la mano de la agricultura, en especial del maíz y la ganadería que está mejorando poco a poco. Pero acá falta que se recupere el sector lechero, que es gran demandante de agromáquinas”, dice Rubén Lambertini, tío del presidente de la empresa y uno de los miembros del directorio de la misma.
Explica que la caída del precio internacional de la leche, lo que recibían los productores y las grandes zonas inundadas impactaron en ese rector al que le cuesta subirse a la recuperación.
“Pero hubo algunas señales de cambio en las últimas semanas y el día que el sector el lechero alcance a la media histórica lo vamos a sentir”, señala.
Rotoenfardadoras y mixers son productos para los productores o empresas pecuarias y Mainero tiene en estos productos dos de sus tres caballitos de batalla.
Que existan malas noticias como las que describe para la lechería no amilanan el espíritu de este septuagenario directivo ni de su compañía.
“Esta empresa comenzó en 1933 con un taller en el patio de la casa de Carlos Mainero, quien cuatro años después patentó una zaranda para la cosecha de trigo. Mainero arranca con la crisis del 30, vendiendo en sur de Buenos Aires, en la zona triguera por excelencia, después se industrializan durante la Segunda Guerra, donde había desabastecimiento para la producción industrial: desde sus orígenes que acá se ha invertido en la peor época, pero mal no nos ha ido”, dice con total humildad.